.El autor de este libro es quizá
uno de los nombres mayores del ensayo hispanoamericano actual. Historiador de
conocida trayectoria, entre sus muchos libros se encuentran piezas maestras del
género biográfico, como su monumental Biografía
del poder, que recorre la trayectoria de los principales prohombres de
México desde la
Independencia hasta los últimos presidentes del PRI. Una
estructura semejante ha guiado esta última entrega suya, en la que desarrolla
los hechos e ideas de figuras relevantes del pensamiento y la acción política
en Hispanoamérica a lo largo del pasado siglo.
La primera parte del libro esboza
cuatro retratos imprescindibles de intelectuales de principios del siglo XX:
Martí, Rodó, Vasconcelos y Mariátegui. Se trata de cuatro figuras colosales,
cada una a su manera, que representan el papel singular del letrado en la
escena pública hispanoamericana. El análisis que aporta Krauze no es demasiado
original en ninguno de los casos, pero salta a la vista su capacidad narrativa
y su conocimiento profundo de la obra de alguno de ellos, como José
Vasconcelos. Las semblanzas posteriores abren el campo de observación a hombres
y mujeres de acción, frente a los intelectuales, aunque a veces se confundan
los planos, como es el caso del Che Guevara. La lista que promete Krauze es tan
sugerente como variada. Además del mentado icono de la Revolución, están
Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Eva Perón, Mario Vargas Llosa, Hugo
Chávez, Samuel Ramos y el Subcomandante Marcos. Llama la atención la
desigualdad de trato entre uno y otro. No me refiero a la inevitable y
necesaria parcialidad del ensayista. Los personajes más amables desde su óptica
son aquellos que, como Paz o Vargas Llosa, se sienten de vuelta de ideales que
sólo conducen a la violencia y la falta de libertades. El problema reside, más
bien, en la irregularidad de tonos y espacios. Así, a la amplísima y amistosa
biografía de Paz –maestro de Krauze, no lo olvidemos-, le sigue otra demasiado
breve de Evita. Una figura así de incómoda, contradictoria y egolátrica,
merecía mucho más. Lo mismo se puede decir del capítulo de Chávez: más que una
biografía es una diatriba política.
Para Krauze los anhelos redentores
de líderes e intelectuales son, en general, nefastos para las naciones que
pretenden salvar. Su ideario neoliberal, basado en pensadores como Berlin o
Popper, le lleva a desconfiar de las utopías revolucionarias, aunque
lamentablemente su discurso no termina de armarse de forma consistente. Las
biografías, en muchos casos apasionantes, son demasiado dispersas como para
poder seguir un hilo argumentativo común. El epílogo, poco más de diez apretadas
páginas, esboza unas conclusiones que requerirían mayor análisis. Atribuir, por
ejemplo, al catolicismo de la época colonial la raíz de estos redentorismos
intransigentes no deja de ser una lectura simplificadora de Max Weber. También
ha habido salvapatrias en otras culturas con un background muy distinto, incluso en regiones protestantes. El
nazismo hitleriano prendió mejor en la Prusia luterana que en la Baviera o la Austria católicas. El
continuo rebrotar de esa semilla seudomesiánica hubiera requerido de un
análisis más demorado y complejo. Pero, en cualquier caso, he aquí un libro que
presentará a muchos lectores una galería atractiva de un grupo de figuras
esenciales de la historia hispanoamericana del siglo XX.
Enrique Krauze: Redentores. Ideas y poder en América Latina,
Barcelona, Debate, 2011, 582 págs
(publicado en Aceprensa)
Concordo con su análisis. Pero para mí (que soy brasileño) fue útil para conocer mejor figuras importantes de Hispanoamerica. Me di cuenta que Brasil y el resto de Hispanoamerica son dos mundos muy distantes...
ResponderEliminarSí, tienes razón Hilton. Es un buen libro para iniciarse en el tema y Krauze escribe con gran agilidad. Por lo demás, creo que Brasil y el resto de Hispanoamérica pueden dar la impresión de estar distantes, pero no son tan distintos.
ResponderEliminar