
El otro hilo con el que podemos comprender el dibujo complejo de este libro es el de la espiral. Como la autora indica en unas palabras preliminares y en el caligrama con que se cierra el volumen, la forma de la espiral representa la sofisticada arquitectura que entrelaza todas las historias. Una unidad secreta se descubre en las repeticiones de escenas, palabras, imágenes, personajes a lo largo del relato. Esa chica pelirroja que se va en el tren con el que comienza "El silencio", puede (o no) ser la protagonista de "Albania"; aquellos viejos que la pareja de Madison ve en Buenos Aires son los emigrantes polacos de otro cuento; la estación de tren de Angulema, una playa de Normandía, el mamut ahogado en Siberia, una misteriosa muchacha llamada Lyuba, son otras tantas presencias que aparecen y desaparecen en cuentos en apariencia muy distintos entre sí.
¿Qué hay detrás de tanta variedad de escenas y personajes? ¿Sólo un juego ingenioso de ecos y circularidades? Me parece que no. En la primera página vemos a Lyuba tumbada al sol en la playa. Una caracola le pincha en la espalda. Líneas más abajo la cámara enfoca su ombligo. Con estas dos imágenes se nos señalan muchas cosas: la estructura del libro, por supuesto, que discurre como la forma de la caracola y el ombligo. Pero también el aspecto circular y repetitivo del tiempo; y aún más, ese carácter central, de omphalos, del ombligo femenino, origen simbólico de la vida. ¿La Mujer como centro del mundo? Pues quizá...
¿Qué hay detrás de tanta variedad de escenas y personajes? ¿Sólo un juego ingenioso de ecos y circularidades? Me parece que no. En la primera página vemos a Lyuba tumbada al sol en la playa. Una caracola le pincha en la espalda. Líneas más abajo la cámara enfoca su ombligo. Con estas dos imágenes se nos señalan muchas cosas: la estructura del libro, por supuesto, que discurre como la forma de la caracola y el ombligo. Pero también el aspecto circular y repetitivo del tiempo; y aún más, ese carácter central, de omphalos, del ombligo femenino, origen simbólico de la vida. ¿La Mujer como centro del mundo? Pues quizá...
Clara Obligado: El libro de los viajes equivocados, Madrid, Páginas de espuma, 2011.